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domingo, 21 de septiembre de 2014
martes, 17 de junio de 2014
lunes, 17 de marzo de 2014
5 Consejos de Guillermo del Toro
1. La historia tiene que
profundizar en lo que eres.
Creo que el principal signo de una
buena historia para ti es que tiene que dolerte. Hay que profundizar en lo que
eres ... Yo en broma digo que Hellboy es autobiográfica, pero en
verdad lo es. La forma en que pienso acerca de mí mismo y mi forma de pensar
acerca de mi historia con mi esposa, todo está allí, y El
laberinto del fauno fue
muy personal, hasta el punto que se lo mostré a mi esposa y ella se volvió
hacia mí después de ver la película completa y me dijo: "¿Te sientes tan
mal?" y yo dije, “Sí, me siento muy mal”. Si piensas en las películas, en
términos de carrera o dinero o sólo en vender lo que los demás quieren,
entonces estás cometiendo un gran error.
2 . Aprende
del pasado y dale un giro.
Lo peor que puedes hacer es pensar
que estás inventando una nueva canción. Esto no sucede . Ya se ha hecho. Así
que lo único que puedes hacer es darle tu propio toque personal . Y cuanto más
sabes sobre lo que ocurrió antes, más posibilidades tienes de saber que
sucederá después. Piensa por un momento en El Señor de los Anillos. Si
Peter Jackson no hubiera sido fan de los filmes que producía Hammer, la textura
de sus películas no sería lo que es. Si el estaba obsesionado con la fantasía y
el drama histórico, algo de lo que posee El Señor de los Anillos seguramente no estaría ahí. Y eso no
quiere decir que su filme se parezca a una película de Hammer.
3 .
Recuerda, tú eres mejor siendo tú mismo que alguien más.
Mira a Mike Mignola (el creador de Hellboy)
como artista. Puedes ver a Jack Kirby, puedes ver muchas influencias, pero Mike
es Mike. Y ahora recuerdo una frase de Hitchcock: “Especificidad más
repetición es igual a estilo”. Esto me lo dijo Alejandro González Iñárritu, y
no es la adulación o crítica , es sólo un hecho: “Tú eres mejor siendo tú mismo
que alguien más”. Suena como uno de esos malditos libros de autoayuda y
superación, pero es verdad.
Soy un gran estudioso de Hitchcock .
Escribí un libro sobre él cuando tenía 23 años. Estudié cada una de sus
películas. Doy clases magistrales sobre él. Y toodavía no puedo entender las
cosas más esenciales que hacen que una película de Hitchcock sea una película
de Hitchcock. Puedo hablar de esos elementos, pero no puedo reproducirlos o
hacer que sucedan. Es como cuando eres joven y lees algo como Ray Bradbury, y
crees que puedes copiarlo. Tú puedes utilizar ciertos adjetivos o las bellas
metáforas que él empleó, pero no funcionan, las cosas no salen bien así.
Uno de mis mejores amigos en la vida
es Alfonso Cuarón. Vi Gravedad en un primer corte, leí el
guión, sé cómo lo hizo. Vi la película en diferentes etapas, y todavía no
sé cómo se le ocurrió la primera idea. No puedo reproducir eso. Eso es suyo y
sólo suyo.
4 . Trabaja.
Y mucho.
Mucha gente piensa que te sientas y
escribes la gran novela americana en el primer intento. No. Mis dos hijas
están muy inclinadas hacia el lado artístico, y hace algunos días conversaban
sobre aquello que escriben y que no les gusta. Mi hija mayor dijo: “Sí, pero
tienes que escribir a través de la basura para llegar a las cosas buenas”. Me
encantó que llegara a esa conclusión porque así es.
Hay dos tipos de escritores.
Aquellos que se levantan cada día y dicen: “Voy a escribir durante dos horas, y
luego me voy a ir a trabajar a Kinkos, donde tengo un trabajo.” Y yo era de ese
tipo. Tenía un trabajo real, mientras me las arreglé para hacer una película.
Así que en la mañana escribía durante dos horas y luego me iba a trabajar al
banco o al sector inmobiliario. Para ese tipo de escritor, es sumamente
valiosos lo que haces en esas dos horas.El otro tipo de escritor es quel que la
mayoría de las veces dice: “Voy a tomar el sábado y el domingo para escribir”.
Y terminan navegando por la web invirtiendo ahí el 80% de su tiempo, y el 10%
escribiendo algo que termina por no gustarles. Y vuelven a eso hasta la semana
siguiente. Escribir es algo que debes hacerlo todos los días, ya sea en una
computadora o en un cuaderno, pero los pensamientos deben plasmarse en el
papel.
Tengo tantas cosas que he escrito,
el libro se concentra en varios de los proyectos, pero he escrito o coescrito
22 guiones, y sólo he realizado nueve películas. Eso significa que hay 13
proyectos que no han sido producidos. Uno de ellos es Mountains
of Madness.
5 . No te
preocupes por vender. Preocúpate por realizar.
Creo que en el pasado, en los años
50 y 60, después de los existencialistas y los beatniks y el movimiento hippie,
el gran problema era, “no te vendas”. Vivimos en una sociedad que, en virtud de
la velocidad en que nos comunicamos, todo se vende. El peligro es comprarlo
todo; estás más preocupado por que tu idea tenga mucho éxito en lugar de invertir
esfuerzos en sólo hacerlo. Son dos polos opuestos, y mi sensación es que debes
buscar realizarlo. No debes medir tu valía en lo mucho que tienes o en lo
popular que eres, sino en lo feliz que eres con lo que haces.
En mi caso, en algún momento me ofrecieron
realizar algún filme para Marvel, y me quedé pensando: “¿Hago El
laberinto del faunoo debo hacer el filme para Marvel? Si hago una
película más grande y aplazo mi proyecto tendré mucho dinero, un auto de
lujo que pasará por mí todas las mañanas, boletos y reservaciones de primera
clase, y todas esas cosas, entonces no podre hacer mi película, y quizá nunca
pueda hacerlo, y no quiero eso”.
Yo estaba feliz de no haber ganado
un Oscar por El laberinto del fauno. Ese
filme se estaba convirtiendo en un lugar tan emblemático para mí, y yo quería
un poco de libertad. Dije: “Si gana, tendré que seguir haciendo eso de nuevo”.
Y me sentí aliviado. Es una metáfora perfecta; al final de la noche, le dije a
mi esposa: “Mis zapatos están muy apretados. Me duelen los pies.” Y el gran
alivio de aquella noche llegó cuando me estaba quitando los zapatos y camine en
calcetines al coche. Así que en cierto modo, ganar puede convertirse en un
zapato que está demasiado apretado y es posible que alguien no lo quiera.
Creo que he visto el éxito como algo
que puede ser muy desconcertante, y el mundo está lleno de primeros cineastas
que no logran hacer una segunda película por preocuparse en hacerla a la
perfección, ya que su primera película fue un éxito. Tuve la bendición de hacer
mi primera película y luego hacer Mimic, así que no hubo duda
que podía fallar.
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martes, 21 de enero de 2014
Las fotos de Tarkovsky
Uno de los grandes directores de la historia del cine, Andrei Tarkovsky(1932-1986), no sólo capturó bellas imágenes y secuencias en sus filmes (Solaris, 1972; The Mirror, 1975; Stalker, 1979; Nostalghia, 1983; The Sacrifice, 1986) sino que también fue un gran aficionado a la fotografía. Acompañado de su cámara Polaroid, Tarkovsky plasmó –de manera estática– su modo de ver el mundo. En 2006, la editorial Thames & Hudson Ltd publicó el libro Instant Light: Tarkovsky Polaroids, que incluía alrededor de 60 fotografías que el cineasta tomó en Rusia e Italia entre 1979 y 1984.
Respecto a la labor de Tarkovsky
como fotógrafo, el novelista y guionista italiano, Tonino
Guerra –que
colaboró con directores como Federico Fellini, Michelangelo Antonioni y el
propio Tarkovsky–, escribió lo siguiente:
En 1977, durante la ceremonia de mi
boda en Moscú apareció Tarkovsky con una cámara Polaroid. Había descubierto
recientemente este aparato y estuvo usándolo con regocijo entre nosotros. Él y
Antonioni fueron mis testigos de boda. Según la costumbre de aquella época eran
ellos quienes tenían que elegir la música que sonaría en el momento de firmar
los documentos de matrimonio. Escogieron El Danubio azul [de Johann Strauss].
Por entonces Antonioni también solía
usar una Polaroid. Recuerdo que en el curso de una localización de exteriores
en Uzbekistán donde queríamos rodar un filme —que finalmente no hicimos— regaló
a tres ancianos musulmanes las fotos que les había tomado. El más viejo, nada
más al verlas, se las devolvió con estas palabras: "¿Qué hay de bueno en
parar el tiempo?". Este rechazo desacostumbrado nos sorprendió tanto que
no supimos que contestarle.
Tarkovsky pensó mucho sobre el
"vuelo" del tiempo, y quería conseguir una sola cosa: pararlo, aunque
solo fuera por un instante, en las imágenes de la Polaroid.
lunes, 6 de enero de 2014
Carta de Martin Scorsese a su hija Francesca
Carta publicada en el diario italiano La Repubblica, el 2 de enero de 2014.
Scorsese , esposa y Francesca Premios Oscar 2012 |
Querida
Francesca.
Te
escribo esta carta para hablarte del futuro. Lo veo a través de la lente de mi
mundo. A través de la lente del cine, que ha estado en el centro de ese mundo.
Durante
los últimos años me he dado cuenta de que la idea del cine con la que crecí, la
idea que reside en las películas que te he mostrado desde que eras niña y que
estaba tan en boca de todos cuando comencé a rodar, se acerca al final. No me
refiero a las películas que ya se han hecho. Me refiero a las que están por
venir.
No
quiero causarte inquietud. No escribo estas palabras con espíritu derrotista.
Al contrario, creo que el futuro es brillante.
Siempre
supimos que las películas eran un negocio y que el arte del cine es posible al
haberse alineado con las condiciones económicas. Ninguno de nosotros, los que
comenzamos en los años 60 y 70, nos hacíamos ilusiones en ese sentido. Sabíamos
que tendríamos que trabajar duro para proteger lo que queríamos. También
sabíamos que quizás tendríamos que atravesar períodos difíciles. Y supongo que,
a cierto nivel, nos dimos cuenta de que tendríamos que enfrentarnos a un
momento en el que cada elemento impredecible en el proceso de hacer películas
acabaría minimizado, casi incluso eliminado. ¿Y cuál es el elemento más
impredecible de todos? El cine. Y la gente que lo hace.
No
quiero repetir lo que han dicho y escrito otros antes de mí, sobre los cambios
en el negocio. Y me alienta la existencia de excepciones a la tendencia
cinematográfica general — Wes Anderson, Richard Linklater, David Fincher,
Alexander Payne, los Hermanos Coen, James Gray y Paul Thomas Anderson están
consiguiendo hacer sus películas, y Paul no solo consiguió rodar The Master en
70mm, sino que consiguió exhibirla de esta forma en algunas ciudades.
Cualquiera que se preocupe por el cine debería mostrarse agradecido.
Me
conmueven también los artistas que consiguen hacer sus películas en todo el
mundo, en Francia, en Corea del Sur, en Reino Unido, en Japón, en África. Cada
vez es más difícil, pero siguen haciendo películas.
No
creo, sin embargo, que esté siendo pesimista cuando te digo que el arte del
cine y del negocio de las películas se encuentran ahora en una encrucijada. El
entretenimiento audiovisual y lo que conocemos como cine –imágenes en
movimiento concebidas por individuos– parecen ir encaminados en direcciones
diferentes. En el futuro, probablemente, verás cada vez menos de lo que
reconocemos como cine en las multisalas y más y más de él en pequeños cines, on
line y, supongo, en espacios y circunstancias que no puedo predecir.
Entonces,
¿por qué el futuro es tan brillante? Porque por primera vez en la historia de
esta forma de arte, se pueden hacer películas por muy poco dinero. Algo
absolutamente insondable cuando yo crecía, y las películas de presupuesto
extremadamente bajo siempre han sido la excepción, en lugar de la regla. Ahora
es al revés. Puedes crear hermosas imágenes con cámaras que te puedes permitir.
Puedes grabar sonido. Puedes montar, mezclar y hacer corrección de color desde
tu casa. Todo eso es ahora posible.
Pero
con toda la atención que se está depositando en la maquinaria de la creación de
películas y en los avances que nos han llevado a una revolución
cinematográfica, hay que recordar una cosa importante: las herramientas no
hacen la película, la hces tú. Es liberador coger una cámara, empezar a rodar y
juntarlo todo con Final Cut Pro. Pero hacer una película, la que tú necesitas
hacer, es otra cosa. Y ahí no existen los atajos.
Si
John Cassavetes, mi amigo y mentor, siguiera vivo hoy, estaría empleando con
toda seguridad todo el equipo que hay disponible. Pero me diría lo mismo que me
ha dicho siempre — tienes que estar absolutamente dedicado al trabajo, dar todo
lo que puedas de tí mismo, y proteger la chispa de la conexión que te llevó a
rodar la película en un primer momento. Tienes que proteger esa chispa con tu
vida. En el pasado, como las películas eran tan caras, la protegíamos contra el
cansancio y los compromisos. En el futuro, tendrás que protegerla de otro
factor adicional: la tentación de seguir la corriente y permitir que la
película derive, y naufrague.
No
es solo una cuestión de cine. No hay atajos para nada. No digo que todo tenga
que ser difícil. Solo digo que la voz que te da la chispa es tu propia voz –
esa es la luz interior, que dijeron los Cuáqueros.
Esa
eres tú. Esa es la verdad.
Con
todo mi amor,
Papá.
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jueves, 2 de enero de 2014
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